“Con pocos recursos económicos, pero con grandes recursos espaciales y libertad de trabajo, hemos desenvuelto nuestra labor y descubierto que el secreto de enseñar está en la comunicación entre maestro y alumno, y en el espacio en que ambos se mueven mientras trabajan”.
Olga Cossettini
Olga Cossettini
La frase de Olga no fue dicha en tiempos de redes informáticas, pero sí de redes educativas en las que primó la experimentación, la comunicación en el aula (que muchas veces no tuvo 4 paredes) y fundamentalmente en la comunicación.
La Escuela Nueva, la Escuela Serena de las hermanas Cossttini fue la experiencia pedagógica desarrollada en la escuela pública Dr. Gabriel Carrasco en Rosario, a mediados de la década del 30 hasta 1944, época en que se le quita el carácter de experimental al establecimiento y cesantean a su directora, los alumnos aprendieron, crearon, escribieron, pintaron de la mano de Juan Ramón Jiménez, Javier Villafañe, Gabriela Mistral, Margarita Xirgú y Ernesto Sábato entre otros.
“Nos visitaban hombres sencillos, maestros, artistas y estudiosos de comarcas y países diversos. Observaban “esa manera” de estar frente a la vida, de hablar, razonar, preguntar, moverse, “ser” sin engaño”.Leticia Cossettini
Las docentes invitaban artistas reconocidos a sus aulas para que intercambiaran con sus alumnos de formación primaria. Llevaban a los chicos de "paseo" para que reconocieran el mundo que les pertenecía, para que exploraran y crearan a partir de esa exploración.
Se trató de una escuela mixta, de 600 alumnos, entre 6 y 14 años.
En palabras de Olga “familia escolar de niños que en su mayoría no tienen otro medio de influencia educadora que la escuela”.
Podemos leer en el sitio del proyecto que investiga esta experiencia pedagógica pionera:
Olga Cossettini estaba convencida de que se podían lograr cambios mediante el acercamiento de maestros y padres y así en forma conjunta rescatar los valores éticos y sociales y simultáneamente desarrollar el conocimiento.
La experiencia pedagógica se llevó adelante a través de un coherente plan de trabajo: de respeto por los niños, basado en la solidaridad, en el acercamiento del niño a la naturaleza y a su mundo circundante, con la convicción de que sólo se aprende lo que se vive.
Era una escuela de puertas abiertas, que dio libertad a los alumnos para trabajar y a los maestros para desarrollarse.
La escuela salió a la calle con funciones de teatro, títeres y danzas y con exposiciones de trabajos de ciencia, fueron Las Misiones Infantiles de Divulgación Cultural.
“ En el mes de noviembre de cada año era el más indicado para hacer misiones-cuenta Leticia-.Las Misiones Infantiles de Divulgación Cultural son la escuela en la calle, en contacto con el pueblo. Los alumnos salían a los barrios con un programa de actividades”.
La Escuela tuvo una revista “La voz de la escuela”, una biblioteca, abierta todo el año, Laboratorio de Ciencias Naturales, talleres de carpintería y de cerámica, el Coro de pájaros y el Centro estudiantil Cooperativo, en el que trabajaban 400 niños.
En tiempos en los que innovar parece moneda corriente y las nuevas tecnologías parecen marcar los procesos educomunicacionales de un modo adánico, vale recordar a dos mujeres que creyeron en la Comunicación como canal ineludible para educar a los niños y a través de ellos a la comunidad toda.
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