Para la argentina Edith
Litwin, se entiende a la Tecnología Educativa “como el cuerpo de conocimientos
que, basándose en disciplinas científicas referidas a las prácticas de la
enseñanza, incorpora todos los medios a su alcance y responde a la consecución
de fines en los contextos socio-históricos que le otorgan significación."(Litwin
1993) [1]
De esta definición se
desprende que el término no hace referencia solamente a dispositivos técnicos
–que van desde la tiza hasta las innovaciones más recientes- sino también a los
procedimientos, prácticas y la didáctica que se ponen en juego a la hora de
encarar un proceso de enseñanza aprendizaje. Una visión instrumentalista que
circunscriba a la Tecnología Educativa al lugar de un inventario de recursos
tecnológicos disponibles estaría dejando de lado elementos culturales, sociales
y comunicacionales que también entran en escena en el proceso educativo.
En la Sociedad del Conocimiento se da por primera vez en la Historia el fenómenos de que los aprendices, las nuevas generaciones, los alumnos; enseñan a sus maestros, mayores, padres, cómo utilizar algunos dispositivos
